Hoy comienza el Mundial de
fútbol, y aunque esto no tiene mucho que ver con libros, ni desde luego posee suficientes
puntos comunes con las novelas de las que os voy a hablar ahora como para
construir una analogía, bueno, ya que resulta que últimamente solo me dejo caer por aquí
en los años bisiestos como quien dice, dejadme que desvaríe un poquitín.
El verano es buena época para las
letras, sin duda. Los que tenemos el vicio de juntarlas solemos aprovechar las
vacaciones para entregarnos a la hoja en blanco y mancharla sin piedad, con
gusto, premeditación, alevosía y, por qué no, cierta nocturnidad. Además
podemos devorar libros con más espacio que el resto del tiempo.
Por eso os traigo mis últimas
lecturas, pasad, ved, y si os apetece una de ellas, ¡daos el gustazo!
Como desees, de Anabel Botella
Empiezo con la novela ganadora
del Premio Ella Juvenil Romántica 2013 de Montena. Tengo la suerte de conocer a
Anabel desde hace años, pero esta es la primera novela suya que cae entre mis
manos, pese a que es la tercera que publica. No será la última.
Entremos en materia…
La acción se inicia, como otras
tantas novelas juveniles, en el lugar común del viaje estival. La protagonista,
Emma, llega a Caños del Agua para veranear con su padre, su madrastra, su
hermanastro Niko y su hermana pequeña.
La primera diferencia respecto a
otras obras juveniles que parten del mismo planteamiento, nos la encontramos
nada más llegar Emma a la estación del pueblo. Allí la espera Niko, y nosotros asistimos al encuentro con sorpresa por su forma de hablar… ¡El chico no para
de usar diálogos de películas de culto! Pero no es solo eso, algo en Emma ha
cambiado desde la última vez que se vieron: se está convirtiendo en una
mujercita, igual que Niko ya no se muestra tan insoportable como antes. A
partir de aquí y hasta la recta final del libro, la tensión sexual entre los
dos hermanastros va en aumento convirtiéndose, con sus altibajos, en el
verdadero eje central de esta novela romántica.
Me ha encantado leer fragmentos
memorables de algunas de mis pelis favoritas mientras devoraba una historia que
se lee realmente rápido. Y si hay que destacar algún film, sería el que además
se basa en un libro y que da título a
Como desees; no es otro que La
princesa prometida. Las alusiones al pirata Westley y a Buttercup o a
Íñigo Montoya, nos conectan a una misma vez con la magia de la historia de
fantasía romántica escrita por William Goldman y el romance de misterio urdido
por Anabel.
Volviendo a Niko y Emma, el punto
culminante de la mencionada tensión sexual se alcanza, a mi parecer, en la
conversación por Whattsapp de altos decibelios que ambos jóvenes mantienen
entre ellos, estando el padre, madrastra y hermanastra presentes, muy subidita
de tono, de hormonas y de grados… Ideal para los calores veraniegos, oigan. Diré
también que su autora me confirmó personalmente que esa conversación es de
inspiración real (y ahí lo dejo, que no quiero que se me enfade)…
Respecto
a la trama de misterio y asesinatos, que entra con muy buen pie y un formato
muy adecuado en la novela, es quizás la parte menos beneficiada por el intenso
rifirrafe entre Emma y Niko. Las citas bíblicas son usadas certeramente por la
autora para esbozarnos unos cuadros psicópatas realistas, sin embargo en el
momento culminante, hacia la mitad final de la novela, el exceso de personajes
de Caños que no han sido retratados con suficiente detalle nos lleva a
perdernos en buena parte de la investigación, sin saber exactamente quién es
cada uno. En contrapartida, sí que se palpa en las páginas el miedo y el
desconcierto que sufren los protagonistas, en especial Emma pero también Niko,
cuando nadie sabe quién es el culpable ni quién será la siguiente víctima del
asesino que anda suelto...
Debo añadir para hacer justicia que los mejores personajes secundarios los encontramos en la familia de
Emma, sus relaciones están muy bien tratadas; en especial me ha cautivado la
ternura y la inocencia de las escenas que la familia vive con la pequeña
princesa de la casa, la hermanita de Emma.
En mi opinión,
Como desees es altamente recomendable
para cuando nos apetece una lectura ligera, pero con miga y salsa, con diálogos
vibrantes, una trama ágil y ese pedigrí del cine de siempre bien entendido.
Muerte de la luz, de George R. R. Martin
Siendo fiel a un género que ya empieza a ser tradición en esta, la sección
de mis lecturas, vamos con algo de ciencia ficción de enjundia.
Muerte
de la luz fue la primera novela
de Martin, hoy de sobra conocido por el boom
de su saga de fantasía, Canción de Hielo
y Fuego, que ha sido serializada para la pequeña pantalla por HBO con el
nombre de “Juego de Tronos”. La novela que nos ocupa se ha convertido hoy,
cerca de cuarenta años después de su publicación en 1977, en una verdadera obra
de culto en la ciencia ficción. Es publicada en España por Gigamesh.
Recuerdo que mientras iba leyendo la novela,
la comentaba con algunos amigos “juntaletras” como yo; en especial le di la
vara a Irene Comendador durante la celebración del reciente evento Esmater, una
noche por Madrid con algunas cervecitas en el paladar. Recuerdo además que yo le
parloteaba de cómo Martin había trazado en apenas unas páginas la creación, la
cúspide y el declive de un mundo, Worlorn, de manera francamente magistral.
Tras este principio, que debo admitir que me entusiasmó, Dirck T’Larien, el
protagonista, atraviesa galaxias para ir a reunirse con Gwen, un antiguo amor
que le quedó marcado. Una vez aterriza en Worlorn, será testigo de las
consecuencias del paso de una gran feria galáctica por el planeta. Esta feria,
que vendría a ser como una Expo a lo bestia, dejó infraestructuras colosales,
edificios tan enormes como ciudades para que os hagáis una idea, que hoy están
prácticamente abandonados. Porque Worlorn es un mundo que se muere con su sol,
y con ellos, también agonizan sus habitantes. Aquí viene otro de los puntos
geniales de la novela: el detalle y trasfondo de que Martin dota a la cultura
Kavalar, la principal de Worlorn, nos hace creernos desde el principio hasta el
final que estamos en un planeta primigenio que se conjuga de manera exótica,
romántica si se quiere, con una tecnología de láseres y naves. Los Kavalar son
machistas, primarios, aficionados a la barbarie y los duelos. Pero también
guardan cierto sentido del honor que nos lleva a establecer una relación
empática con ellos, más allá de su carisma bestializado.
Permitidme ahora que recuerde cuando comenté
esta novela con más gente, por las calles de Barcelona tras la inauguración de
la nueva librería Gigamesh, y sólo una semana después de darle la vara a la
buena de Irene en Madrid. En esta ocasión caminaba con lo más granado de los
escritores de este país, además de buenos y admirados colegas. Empecé conversando
con Juan Miguel Aguilera, que siempre me habló maravillas de esta novela y es autor de la magnífica portada que acompaña estas líneas.
Después se nos unieron Javier Negrete, Rafa Marín y Rodolfo Martínez, y el
comentario más repetido por semejante trinidad fue el de: “El protagonista de
esa novela es un pringao. Un pagafantas”. No pude sino carcajearme,
aunque a Juanmi no le hizo mucha gracia. Y para mí ese es quizás el único
pecado de una novela, por lo demás, sobresaliente: Dirck es un poco
antagonista, no es un héroe al uso. Aunque, ¿es eso un defecto o una virtud? A
vuestro criterio lo dejo. Solo me queda mencionar el acierto con que Martin maneja
los personajes desde esta su primera novela hasta sus últimas obras; en Muerte de la luz son pocos pero muy bien
trazados. Vikary, Janacek y Gwen forman un triángulo amoroso difícil de
describir en pocas líneas, uno en el que Dirck irrumpe un poco “a por uvas”…
Y hasta aquí puedo leer, solo decir que si
eres un lector voraz de clásicos de CiFi, este no debería faltar en tu
biblioteca.
Jonathan Strange y el señor
Norrell, de Susanna Clarke
Para terminar con las más excelentes de mis últimas lecturas, os traigo
ahora una obra de fantasía publicada en castellano por Salamandra. Aunque he de admitir que quizás no sea "de fantasía" la
definición más adecuada para la ópera prima de Susanna Clarke, y me explico.
Cuando tecleamos su original, largo y difícilmente recordable título en San
Google, donde dice género, podemos leer: “Género
fantástico, Ucronía, Novela histórica, Ficción especulativa”. Pues bien,
este libro contiene todo eso. La fantasía de la magia, pues magos son sus dos
protagonistas. La ucronía de una realidad alternativa, pues vemos a sus
protagonistas (ficcionales) interactuar con personajes y capítulos históricos
(reales). Novela histórica, donde pasaremos por las guerras napoleónicas en
España y Portugal. Y ficción especulativa, porque además asistiremos a la
invención de la historia de la magia inglesa por Susanna Clarke, desgranada por
unas notas a pie de página que son tan extensas, numerosas y perjudiciales para
la vista, como beneficiosas para el espíritu y la imaginación.
¿Pero de qué va la novela?
Te estarás preguntando, lector insaciable, si acaso con este esbozo taxonómico, por lo demás falto de brillantez, he conseguido aguijonear
tu curiosidad. Durante sus ochocientas páginas largas, la
autora nos cuenta el resurgir de la magia inglesa en la primera mitad del siglo
XIX. Todo comienza con un cónclave de los magos ingleses en York, y una pregunta
que tan ilustre concilio se hace: ¿por qué ya no hay magos prácticos en
Inglaterra? Todos ellos son magos teóricos, y con esta interrogante inician el
rescate de la tradición del Rey Cuervo —o John Uskglass, también llamado
curiosamente el Rey del Norte, a los lectores de Martin os sonará—. Es el Rey
Cuervo un misterioso y venerado mito medieval, mestizo de duendes y humanos,
que siglos atrás asentó las bases de la magia inglesa más poderosa. En fin, la
búsqueda de una respuesta llevará a estos magos teóricos a encontrar a los dos
únicos magos prácticos que quedan en Inglaterra, que son, como no podía ser de
otra manera, los que dan título al libro.
Ya en Londres, primero el
señor Norrell, y avanzada la historia Jonathan Strange, se empeñarán el uno en
guardar celosamente los secretos de la magia del Rey Cuervo, y el otro en
refundar la magia inglesa desvelando todos sus entresijos para provecho de la
nación. En medio, participarán en episodios históricos de las guerras
napoleónicas con el Duque de Wellington, con la intención de ayudar a la derrota
del todopoderoso Bonaparte. También alternarán con Lord Byron,
dibujado sobre el papel con toda su deliciosa excentricidad de poeta oscuro, y
el rey Jorge III, a quien tratarán de sanar de su locura.
Esta
novela supuso un éxito fulgurante para su autora, ha acaparado premios y elogios
desde su publicación en el 2004 como los obtenidos en el año siguiente a la
misma: el Hugo, el World Fantasy o el Mythopoeic. Es una verdadera obra de
ingeniería literaria donde, con una verosimilitud fruto de un trasfondo cuidado
hasta el mínimo detalle, nos sumergimos para viajar y viajar, hallando en
nuestro camino recodos de auténtica magia, leyendas encantadoras y diatribas
sin parangón.
La
narración de esta originalísima joya es densa, no se trata de una obra ligera
sino más bien todo lo contrario. Pero la recompensa es impagable, pues enfrascados en una prosa algo arcaica, de enjundia británica a más no poder a medio camino
entre Austen y Dickens, nos toparemos con pasajes irrepetibles por su hermosura,
perfecta confección y derroche imaginativo.
También
merecen especial mención algunos de los personajes secundarios, como
Childermass y Vinculus, construidos con pulcritud y carisma tales que querremos
saber más de ellos. Sin embargo las ochocientas páginas largas no dan para más,
y en este caso estamos de enhorabuena. Pues parece ser que Susanna Clarke
trabaja en la actualidad en la escritura de una secuela de Jonathan Strange y el señor Norrell, que retomaría la historia tras
el final de lo ya narrado; esta vez el protagonismo se centrará en las correrías
de los mencionados Vinculus y Childermass.
Yo
esperaré con ganas esa secuela, y si tú no lo haces, a buen seguro será porque
no has degustado esta novela.
Ya
estamos en verano, estación de días largos para leer con buena luz esas obras
que en épocas de más estrés no nos atrevemos a acunar en nuestros brazos. Así
que adelante, hazte con cualquiera de estos libros y, si te apetece, comenta en
este foro, tan tuyo como mío, tus impresiones. Estaré encantado de debatirlas
contigo.
De
cualquier modo, mi fin ya ha sido cumplido. Gracias por permitirme mostrar
estas magníficas novelas a tus ojos.
Te
deseo un feliz verano repleto de lecturas inolvidables.