17 oct 2013

El verano se fue como una aparición en fuga

¡Hola, una vez más!

Se acabó el verano. Por fin empieza a nublarse el cielo y los niños vuelven al cole, los adultos a nuestros trabajos y el trasiego a todas las casas. Los vendedores de gas, electricidad y enciclopedias vuelven a aporrear nuestros timbres, como una foto detenida que retorna a lo cinético. El tiempo del calor y las alergias pasó. No vale la pena preguntarse si el verano fue malo, bueno o regular. Como dijo el sabio, el pasado solo trae nostalgias, y el futuro no se sabe. Actuar en primera persona nos es dado solo en el presente, dentro del gran teatro de la vida.

Y así están escritas las dos primeras historias de género juvenil de las que os hablaré hoy —en primera persona—, dejando para el final un plato fuerte de esos clásicos, sí, de esos que a nosotros tanto nos motivan como lectores compulsivos que somos, pues conservamos un pedigrí innegable.

Empezaré con El espíritu del último verano (2011), de Susana Vallejo. Se trata de una historia para todos los públicos, donde por momentos rememoramos ese espíritu aventurero ingenuo de películas como Los Goonies o libros como los de la serie de “Los Cinco”, de Enid Blyton. Fran asume la voz protagonista en su regreso a la Casa del Árbol, una casa de campo donde cada año veraneaba junto a su familia. Ya desde una distancia de adulto, rememora aquel último verano donde, durante una de las sesiones de espiritismo familiares, un espíritu arroja una amenaza incierta sobre su familia: alguien morirá. A partir de entonces, Susana nos conduce con certera pluma en una búsqueda para encontrar el mayor de los tesoros: la juventud perdida.



Más allá del regreso a días idílicos, que erigen a la Casa del Árbol y sus alrededores rurales como un locus amoenus o lugar paradisíaco, destaco el estilo magistral con que Susana plasma la historia, y que probablemente le valió a su autora el XIX Premio Edebé. El espíritu del último verano es una obra que nos dejará un sabor cálido y llenará de magia nuestras horas de lectura.



Sigo con otra novela de Edebé, esta publicada en el 2010: Taibhse (Aparición), de Carolina Lozano. La obra nos traslada a Edimburgo, al colegio mayor Royal Dunedin, donde entramos de la mano de Liadan, una joven estudiante mitad barcelonesa, mitad escocesa. Allí descubrirá las leyendas de los fantasmas que forman parte del folclore de Edimburgo, entre ellas las de Caitlin y Álastair. Con el último vivirá una historia muy personal de amor más allá de la muerte, hablándonos en primera persona con la voz de Álastair y la propia Liadan. Se trata de una novela que se lee con pasmosa facilidad, lo cual es un acierto por parte de la autora que nos atrapa con una narración muy ágil.





Aunque argumentalmente se le podría achacar algún desajuste a la novela y al principio no me enganchó, a mí me compensó enormemente al poco de avanzar en su lectura, porque después sí que me atrapó y me la terminé en unos pocos compases. Es una novela juvenil de misterio con tintes de romántica, por lo que a pesar de una tétrica portada que podría sugerir una obra de terror, debemos tener en cuenta esto antes de embarcarnos en su lectura. Hallaremos tensión en sus páginas, pero no pánico.


Finalmente me sumerjo en la reedición de un clásico: La Fuga de Logan (ed. Hidra, 2012). Para los que no conozcáis este culmen de la ciencia ficción distópica, todo arranca en un mundo donde el ser humano tiene una fecha de caducidad temprana: a los 21 años todo ciudadano debe ir voluntariamente a sumergirse en el Sueño, del que ya nadie regresa. ¿Entonces por qué todos van como corderitos al matadero?, nos podríamos plantear e incluso dudar de tal guión, como sardónicos incurables que somos. Pues porque si uno no va, unos cuantos vienen a buscarlo: los Vigilantes, con pistolas de una munición variopinta que incluye desde paralizadores hasta explosivos, son los encargados de llevar a dormir a los niños malos. Logan es uno de ellos, un implacable brazo de la ley, pero cuando su papel de Vigilante pasa a ser el de inminente “soñador”, no será tan obediente…



George Clayton Jonhson y William F. Nolan escribieron esta odisea de ciencia ficción que, siendo producto de los dorados años 60 donde la superpoblación de la Tierra y la creación de los primeros superordenadores sacudieron la conciencia colectiva de la sociedad, ha trascendido sin embargo aquella época y sigue resultando una obra estremecedora. Respecto a esta edición, he echado en falta una mayor corrección ortográfica que en cualquier caso no llega a apagar la poderosa luz de La Fuga de Logan.
          Y hasta aquí puedo leer. 

          Volveré en próximas entregas con más comentarios sobre las novelas que voy degustando. También con algunas novedades sobre Butterfly u otras de mi obras. Posiblemente, os traeré cualquier sorpresa de colores bajo el brazo.

Hasta entonces, que las buenas letras y la fortuna sean con vosotros.